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Quién soy y cómo empezó esto
Hola, me llamo Sofía Vega, soy Argentina y tengo raíces guaraníes. Por eso me crié en una casa donde siempre venían mis tías con plantas medicinales. Era como impensado que pudiera venir algún familiar sin plantas, sin gajos o algo rico casero para comer.
En mi crianza aprendí el valor de cuidarme y siempre prevenir, de alguna forma me enseñaron eso. Se usaba medicina a la mano y todo se cocinaba casero. Mi mamá hacía dulce de Cayote y recuerdo verla pelándolo a mano, esforzándose mucho porque era durísimo. Después la heladera estaba repleta de frascos que regalaba a todo el que pasara. Lo hacía por costumbre y también porque cocinar es un acto que refleja la necesidad de crear algo en el mundo que sale desde el corazón.
No me voy a poner cursi, pero les quiero contar que la alimentación vegetariana me cambió la vida. Hoy en día sigo mi camino por otras ramas, probando estilos, probando alimentos y viendo como me siento. Lo hago sin culpa, disfrutando, pero entendiendo que cualquier cambio que necesitemos hacer siempre va a tener involucrado que comemos y como lo hacemos.
Fui 9 años vegetariana y me enseñó el mundo que hoy comparto. A los 15 se me ocurrió no comer más carne. Era nadadora y perdí mucha fuerza porque en esa época no había tanta info, y como nos pasa a muchos vivía a soja, queso y pan. Años después a los 23, tuve una crisis, había estudiado producción de cine en la Enerc y daba mis primeros pasos en películas, series y publicidades. Me gustaba bastante, todavía no me conocía tanto y en general se vivía en un clima de estres. Tuve una crisis personal, del alma digamos, vendí todo y me fui a vivir a un pueblo rodeado de montañas donde todo pasaba muyyyyyyyy lentoooooo.
Capilla del Monte. Allá me hice amigos que hasta el día de hoy son mi tribu con la que nos pasamos libros, salimos a pasear, compartimos la vida y nos vemos crecer juntos. Están todos tan grandes! Cuantas vivencias.
Allà en el monte empecé a estudiar Higienismo, mi primer escuela de cocina, en la casa de María Elena Miura (“la mari” como le decimos con amor). Ella me enseñó sobre las limpiezas del cuerpo, sobre huerta, como comer flores y hacer las mejores preparaciones con algas.
Me prestó todos sus libros. Me los llevaba a mi casa en la montaña y leía al gran Lazaeta Alzarachan y lloraba. Sí, porque esa era una verdad que tenía que ser conocida por todos.
Como nuestro cuerpo tiene la propia capacidad de curarse, y es tan simple. Todos tenemos derecho a estar sanos, a comer rico, a sentirnos hermosos. Por favor Lazaeta como no llorar leyéndote.
Paso el tiempo y volví, llena de entusiasmo a la ciudad. Empecé a dar clases de cocina para pequeños grupos, como había unos que eran medio rebeldes arme un grupo de Facebook para incentivarlos a querer cocinar que se llamaba “Cocinar es Divertido”, así empezó todo. Ahora tengo 32 años y me parece un poco infantil y a la vez. Que decirte, Cocinar es Divertido. Acá en la ciudad paso de todo y pasaron muchos años también. Cocinar es Divertido empezó a crecer, muchas personas venían a las clases y yo poco a poco fui tomando confianza para seguir expandiendo este deseo de contar eso que aprendí en la naturaleza. Trasladarlo a la vida cotidiana. Integrar todos los conocimientos aprendidos. Ya casi pasaron màs de 300 cocineros por las clases. Si que si.
Me forme como asesora nutricional, terapeuta floral, estudie biodecodificaciòn y cuanto curso y libro se me acercara. Amplie el panorama entendiendo como somos un todo y necesitamos recuperar nuestras partes. El llamado del corazón se bloquea con los pensamientos de la mente que están llenos de condicionamientos y miedo. La cocina libera, abre, empodera. Silencia los miedos, los transforma en virtudes. Pasan cosas. Aprendí Ayurveda, me metí en una facultad con médicos a estudiar, y otra vez lloraba. Que decirte. Una mujer, yo, 3000 años después en una escuela oficial estudiando libremente una ciencia sagrada para hombres.
Hoy en día Agosto del 2020 escribo de nuevo esta Bio sobre mí. Siento que la cocina me brindo la herramienta más sagrada para volver a reconocer a la tierra, sus ciclos y a mi cuerpo como maestra de esta vida. Me dedico a conocerme, a resolverme a vibrar lo más alto que pueda a expandirme y habitarme para compartir con ustedes esto que soy. Uno solo da lo que tiene.
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