¡Hola! “Estoy Kapha”
Invierno, aislamiento preventivo, entrada del Sol en cáncer. La casa, los recuerdos la emoción. Todo parecería complotar para que uno aumente kapha, y sí. No te voy a decir que no, como canceriana entiendo del tema porque lo vivo en el cuerpo. Primero vamos a presentar a Kapha, con nombre y apellido.
¿Quién es? ¿Qué quiere? ¿Qué enseñanzas trae? como identifico su energía y también un poco de Ayurveda, astrológica, vivencia personal. Todo compactado.
Como somos en Cocinar es Divertido, el todo por partes “haciendo el todo” (?).
Kapha es un biotipo ayurvédico (medicina de India con 3000 mil años de antigüedad y más), es un arquetipo para entender una energía tanto mental como física.
Es una combinación de elementos, una forma que tenemos, un personaje que adoptamos, un logro que consideramos y algo que se nos escapa. Y es que kapha se equilibra y se desequilibra constantemente, pero sus movimientos son más lentos.
En la conquista por los “objetivos” que a veces vivimos, kapha va lento. No quiere correr porque no puede. No piensa en cambiar, porque no le interesa. Esta pesado, letárgico, viviendo en un tiempo que ya fue. En un tiempo ideal donde “quizás todo fue mejor” y allí empieza el hilo de esta historia.
Sus elementos predominantes son el agua y la tierra. La estructura, lo sólido, el cuerpo humano, la forma, la gracia. Lo que lentamente la naturaleza fue poniendo en un lugar hasta que se formó una estructura, pesada, firme. Con muuuuuucha materia.
Cuando uno ve a un kapha, lo ve venir. Porque es grande, la tierra se expresa en su cuerpo en forma de huesos grandes, dientes grandes, mucho pelo, camina despacio moviendo todo su cuerpo suavemente. Todo en un kapha es más grande.
Dice el Ayurveda que es el Biotipo más resistente. El otro elemento que lo forma es el Agua. Emoción, memoria, sabor. Recuerdos.
Donde hay agua hay apego. Necesidad de unión, de atracción, de peso. Algo que pesa hacia abajo, que se contiene y se mantiene como es la tierra que siempre está en el mismo lugar. Allí va el agua aportando vida en forma de amor, uniendo, haciendo brillar la materia. Es el toque de vida.
En su brillo kapha contiene, cocina, piensa en el otro, habla lento, no opina, se esfuerza lentamente pero de manera progresiva por algo. No va corriendo, no se estresa. Cuida, protege. Es belleza y plenitud.
En desequilibrio puede empezar por un exceso de lentitud, un exceso de tristeza, o pensamientos que evocan el pasado. Se trata de mirar fotos en exceso, escuchar música triste que traiga memorias de algo que no está. Kapha se abusa de todo lo que no está. Entonces por miedo a perder lo que si esta, se apega. A las personas, a los recuerdos y a las cosas. Un kapha “está lleno de todo”, de recuerdos de la infancia en forma de objetos en su casa, de ropa que no le gusta o no le entra, de sentimientos no expresados en forma de resentimiento. De pensamientos que tiran para abajo. Entonces lo vuelven más pesado y más acuoso.
Comienzan las enfermedades kaphagenicas en forma de moco. Nariz tapada, mucha agua en el cuerpo, digestión lenta, necesidad de dulces, de harinas, de lácteos. De mucho aceite y mucha sal. Todos alimentos que aumentan el agua y la tierra en forma desproporcionada en el cuerpo. Y llevan a Kapha a sentimientos todavía más lentos, más apegados y más viejos. Depresión, soberbia y negación.
Un círculo vicioso kaphagenico. Aumentado por el Invierno que es frío, húmedo, espeso.
Como un bosque en una foto en Londres, Lo más kapha que existe. Entonces entramos en cáncer, que es la casa, estar adentro, un poco de nostalgia, un poco de amor en forma de guiso.
Kapha se presenta en esta época con ganas de ayudarnos a hacer tierra, a formar el barro para que se siembren las semillas más fuertes. A tirar raíces potentes.
No es una energía que podamos evitar, es la construcción fuerte de algo. Observar la familia, para observarnos. Anclarnos en el presente con el peso de la tierra, ayudados por el agua que nos trae información, recuerdo y empatía. Entender que lo que “se resiste persiste” y que a Kapha le cuesta cambiar, entonces vamos a tender a resistir el cambio. Lo nuevo.
Este es un momento, para hacer toda la fuerza de voluntad que podamos para dejar morir lo viejo y lo que ya no es. Ese es el desafío de Kapha. Trae tierra, trae fertilidad. Calor humano, corazón. Pero también nos pide que nos movamos. Si entendemos la metáfora del invierno, de cáncer, de la no resistencia y de la construcción de lo que queremos de forma lenta pero continua.
Kapha nos hará brillar para que las semillas se siembren fuerte en la tierra y en Primavera nos llenemos de flores. Solo las semillas frescas brotan, lo viejo se tiene que ir.
Con cariño. Sofía. una Kapha de cáncer.